En el extremo oeste de Rheinhessen , a pocos kilómetros al sur de Bad Kreuznach, en medio de un paisaje de empinadas colinas de origen volcánico con brezales, arroyos vírgenes, antiguas canteras y paredes de roca cubiertas de maleza, se encuentra Siefersheim.
La primera piedra del Wagnersche Hof se colocó en 1845 y las generaciones anteriores transformaron la clásica explotación mixta en una conocida bodega y contribuyeron a que los viñedos de Höllberg y Heerkretz alcanzaran importancia nacional en las primeras décadas del siglo XX.
Los Wagner cultivan vino desde hace nueve generaciones y Daniel Wagner es el responsable de los vinos desde principios de los años 90. Desde entonces se ha centrado en las variedades de uva clásicas Silvaner, Pinot Blanc y, sobre todo, Riesling y ha convertido el negocio a la agricultura biológica.
La bodega Rudolf Fürst tiene una larga tradición. Está familia, de Franconia, cultiva vino desde 1638. El padre de Paul, Rudolf, que murió muy temprano, tenía una pequeña empresa agrícola mixta en el casco antiguo de Bürgstadt con ganado, frutas, vino y el cultivo de tabaco, que antes era común en esta zona.
Cuando Paul y Monika Fürst se hicieron cargo de la bodega en 1979, construyeron los edificios actuales en las afueras de la ciudad, situados en el corazón de Centgrafenberg, bellamente integrados y con una vista maravillosa de la ciudad medieval de Miltenberg. Después de que los viñedos se fueran reduciendo cada vez más a lo largo de muchas generaciones, el matrimonio Fürst cultivó y renovó parcelas especialmente bellas y empinadas en las mejores zonas. La propiedad se fue ampliando paso a paso de 1,5 hectáreas a las 21 hectáreas actuales.
Sobre volcán y pizarra. Sus vides crecen en un terroir antiguo, cultivado durante millones de años.
Desde el principio se centran en las pendientes extremadamente pronunciadas de la región. Y especialmente en los expresivos suelos volcánicos y de pizarra, que hoy forman sus dos tipos principales de suelo. Todo empezó con el Bockenauer Felseneck. Hoy en día, además del Bockenauer Stromberg, gestionan los magníficos viñedos Schloßböckelheimer Felsenberg y Kupfergrube, así como Frühlingspltiker y Halenberg en Monzingen, todos clasificados como VDP. GROSSE LAGE.
Sus 21 hectáreas de viñedos en las mejores ubicaciones del Nahe están plantadas con un 85 por ciento de variedades Riesling y un 15 por ciento con variedades de Borgoña.
Situados en Ruiloba, un pequeño municipio de la Cantabria más occidental, rodeado de los Picos de Europa y el Mar Cantábrico. Un entorno que todavía conserva el sabor de lo rural y abierto a todo lo que sucede a su alrededor.
Todos nuestros viñedos están situados a menos de 1 km del mar, orientación Norte y con pendientes de más de un 35%.
La situación natural de nuestras fincas, a priori, parece complicar este tipo de cultivos, sin embargo con el paso de los años, hemos podido observar que, con producciones más limitadas, la calidad e intensidad que alcanzan nuestras uvas es máxima.
Situados en el corazón del Real Valle de Valderredible y a los pies de la Peña Camesía, uno de los puntos culminantes de La Lora, páramo del sur de la Cordillera Cantábrica, a unos 1158 m de altitud.
Los viñedos se ubican en terrenos en pendiente, caracterizados por suelos calizos y arenosos que contienen abundantes rocas y fósiles. Además, están estratégicamente orientados hacia el sur para maximizar su exposición al sol. Altas temperaturas durante el día y muy bajas por la noche. El sueño de cualquier viticultor para elaborar buenos vinos.
El nombre de EL HITO es nuestro pequeño homenaje a Valderredible, a su historia y sus pueblos…
La familia Sánchez-Contreras, propietaria de la Bodega Nates, llega a Cantabria con la ilusión y con la idea de prolongar la labor que se está realizando ya en Pago Casa del Blanco, en Manzanares.
Detrás de cada botella de ViñaMar by Nates y de Palacio de Treto está el esfuerzo y la ilusión de una familia, unida en torno a un singular viñedo y bodega, estando comprometida con los vinos de calidad, y con la defensa del medioambiente, practicando una viticultura tradicional.
El respeto por la tierra y el intento de convertir el viñedo de Nates en parte de un entorno privilegiado en el que se constituye como parte del mismo se adapta a sus condiciones, o actuar mediante una agricultura respetuosa con el medio ambiente, son algunas de las bases fundamentales de nuestro trabajo.
Son una bodega que desarrolla vinos orgánicos totalmente naturales y de altura, ya que sus viñedos se ubican dentro de los más altos de la Europa continental, entre 1.200 y 1.300 mt.
El compromiso con la naturaleza y el medio ambiente, hacen de sus vinos una condición única de personalidad y calidad que se ven identificadas en la Denominación de Origen Protegida Granada, como Vinos Orgánicos.
Cuerda Suelta es más que un vino ecológico de producción limitada. Es un viaje sensorial a las alturas, nacido en viñedos que trepan por las laderas de la Contraviesa Granadina. Un vino nacido de la paciencia y el amor a la naturaleza.
En “La Font de la Figuera”, en el interior de la provincia de Valencia, encontramos un puñado de pequeños viticultores que son unos fenómenos a la hora de mimar los viñedos y trabajar de forma tradicional y sostenible.
Es un escenario único, de tierra arcillo-calcárea y pobre en materia orgánica, donde el clima mediterráneo propicia el ambiente de las grandes ocasiones.
Un vino crianza de suelos pobres, calizos y pedregosos ubicados a unos 600-700 metros de altura, en las montañas de Terres dels Alforins.
Las viñas tienen más de 35 años dando una baja producción por hectárea. Practican viticultura sostenible y de respeto con el medio ambiente.
Es un proyecto personal de Elena Pacheco e Isio Ramos que nace de la ilusión por hacer vinos 100% Monastrell de diferentes parajes o parcelas de la DOP Jumilla dejando que cada uno se exprese en función de su microclima, suelo, localización y edad del viñedo, mediante diversos métodos de cultivo y elaboración.
Parcela ubicada en la zona de Tobarra, quizás la más antigua de la colección, con un viñedo plantado en 1960, sobre suelo arenoso.
En ella hay plantada no solo uva Monastrell, sino también Airén. Es uno de los vinos más complejos de la gama. La mezcla de estas variedades y el tipo de suelo hace que no sea muy corpulento, por el contrario, es bastante sedoso y elegante.
Vinos Bio Pedro Olivares surge de un sentimiento de creatividad hacia la elaboración vitivinícola. Se pretende representar el trabajo de la naturaleza guiado por el hombre, vinos hechos en la viña y magnificados en la bodega. VBPO crea colecciones exclusivas, en ocasiones, únicas en el mundo.
Pedro Olivares, su enólogo, apasionado por los cultivos biodinámicos, decide embarcarse en la creación de un proyecto que representara lo que verdaderamente significa tomar de la naturaleza.
Dicen que el tiempo siempre nos da la razón, aquí en este caso fue el tiempo metereológico quien nos dió la
infección y el desarrollo del hongo Botrytis Cinerea, la
podedumbre noble “Noble Rot”.
Un vino tinto exclusivo, raro y único, con solo 1234 botellas, procedente de uva de origen georgiano, elaborado con vendimia tardia y 12 meses con lías, sin flitrar.
Hablar de Grandes Vinos es hablar de una tierra única, de tradición, de sol, de lluvia, de esfuerzo y dedicación… Pasión por el vino y todo lo que le rodea.
Hace más de medio siglo, entre 1950 y 1967, viticultores de diferentes municipios de la comarca de Cariñena constituyeron las cooperativas Nuestra Señora del Pilar de Villanueva de Huerva, San Roque de Alfamén, San José de Aguarón y San Bernabé de Cosuenda, así como la Sociedad Agraria de Transformación de Cariñena, que son el origen de Grandes Vinos en 1997.
La elaboración de este vino se realiza a partir de parcelas seleccionadas. Posteriormente, se realiza una maceración peculiar 6 h, prensando, desfangando y fermentación en depósitos de inox.
Se realiza una crianza sobre lías en inox 9 meses y 39 meses de crianza en barrica de segundo uso, de roble americano.
Al sur de la campiña cordobesa existe un lagar centenario enmarcado en la D.O. MONTILLA MORILES.
El Lagar de los frailes fue uno de los «trece lagares» que dieron nombre a la antigua aldea de «Zapateros». El lagar está rodeado por 11 Has. de viñedo de la variedad Pedro Ximénez. En la actualidad mantiene su estructura arquitectónica original de un patio central de labor en torno al cual se agrupan varias bodegas, una sala de catas y la zona de envasado.
Este fino viejísimo en rama, saca especial de la bota 18 para Vinópatas, procede de uno de uno de los bocoyes que guardaba «Don Jésús», propietario del lagar desde 1982. Ha permanecido en crianza estática más de dos décadas, y solo se ha refrescado para reponer las mermas con los mejores y más viejos de sus soleras. Se trata de un fino misterioso, que no quiere dejar de ser fino, fiel a su fase bajo velo de flor. Las condiciones de crianza de la bodega semienterrada ha obrado el milagro de esta joya enológica.
De una forma u otra, la familia Pita siempre ha estado unida al mundo del vino. Como en tantos hogares de la zona, cada mes de octubre, todos se volcaban en la vendimia del pequeño terreno familiar para producir vino de forma tradicional.
El destino quiso que, años después, Emilio Pita decidiera convertirlo en su modo de vida.
En el año 2012, Verderrubí levanta su bodega a los pies de Rubí de Bracamonte, el pueblo que ha sido testigo de la historia de la familia Pita.
La crianza se hace sobre lías en la totalidad de los vinos, para este, 12 meses de crianza en barrica de roble francés.